“La casa en llamas”
El problema de la educación pública en ciencias y otras disciplinas tienden a hacer que un niño se desespere, hay que proporcionar en los niños una razón para despertar la curiosidad y revivan el científico que todos llevamos dentro.
Hoy en día se alientan a los niños a tocar, mirar, recorrer las ramificaciones de un árbol de preguntas y respuestas en el ordenador, o emitir ruidos curiosos y ver qué aspecto tiene las ondas de sonido. Incluso los que no se fijan en todos los detalles de la exposición, o ni siquiera le ven la gracia, suele sacar algo valioso.
Esas exposiciones no sustituyen a la educación en la escuela o en casa, pero despiertan y producen entusiasmo. Un gran museo de ciencia inspira a un niño a leer un libro y aprender el método de pensamiento científico.
Para revivir la imaginación de los niños, la inspiración y la enseñanza es necesario que nosotros como futuros docentes tengamos el ingenio y la dedicación para nuestros alumnos ya que ellos merecen nuestro mejor esfuerzo y dedicación.
Tenemos que encender la chispa para que los niños enciendan la llama del conocimiento y así mismo el interés por las ciencias, le encuentren el verdadero sentido y aprecio de ella, para la aplicación en su vida diaria.
